Mujer con una nube tapándole los ojos.

¿Te sientes abrumado? Simplifica.

Abrumado, saturado, agobiado, desbordado, colapsado, cargado, sobrepasado, hasta arriba, a tope, en modo supervivencia...

¿Te suena haber dicho alguna vez que te sentías así? Es normal, a todos nos ha pasado.

Cargar con una mochila de 15kg puede parecer llevadero los primeros metros. Pero después de un tiempo caminando, el peso se acumula, cada paso cuesta más. Y llega un momento en que solo puedes pensar: “Joé, cómo pesa la mochila... no puedo más”. 

Hasta que, efectivamente, no puedes más.

En el día a día pasa lo mismo pero con tu cabeza. 

Si la llenas sin parar —con preocupaciones, tareas, conversaciones, estímulos, ruido— llega un punto en el que te sientes lleno, pero no de lo que necesitas.

Deja de añadir lo que no te interesa.
Lo que no te aporta.
Lo que no te apetece.
Lo que no puedes manejar.
Lo que no merece la pena.

Quizá al principio no se note. Pero el cansancio llega. Y con él, la saturación. La apatía. Esa sensación de estar desenchufado del todo.

Para un poco. Respira.
Date espacio.
Pregúntate cómo estás.
Y date permiso para elegir de nuevo. 

Revisa todas las ideas que te compartimos en este post, ¿hay alguna que te rasque un poco más que otras? Ahí es dónde debes poner tu atención. Vamos a ello:

Simplifica en tu día a día:

No todos los mensajes necesitan respuesta inmediata.
No todos los problemas requieren que intervengas.
No tienes que estar disponible todo el tiempo.
No tienes que decir todo lo que piensas.
No necesitas una lista eterna de tareas para sentirte útil.
No tienes que entenderlo todo.
No todo lo que tienes que hacer es urgente.

Simplifica en tu mente:

No todos tus pensamientos merecen tu atención.
No todas las conversaciones necesitan repetirse una y otra vez.
No necesitas enterarte de todo lo que ocurre.
No hace falta tener una opinión sobre todo.
No todas las conversaciones necesitan cerrarse hoy.
No es necesario justificar cada "no".

Simplifica lo que consumes:

No necesitas ver las noticias a diario.
No es obligatorio tener redes sociales.
No tienes que ver lo que está de moda si no te gusta.
No tienes que seguir a gente que no te aporte o inspire.
No todo lo que ves en redes es para ti.
No es necesario revisar Instagram cada rato a ver si hay algo nuevo.
No tienes que terminar esa serie o libro si ya no te interesa.

Simplifica tus compromisos:

No todas las invitaciones merecen un sí.
No todas las reuniones te necesitan a ti.
No todos los planes que parecen interesantes lo son.
No hace falta tener el calendario lleno para ser productivo o interesante.
No tienes que hacer nada de forma obligada ni por cumplir.
No pasa nada por irte antes.
Puedes cambiar de opinión.

En Chōwa buscamos ayudarte a ser más consciente de estas cosas para que, con tus pequeñas acciones, puedas poco a poco sentirte mejor, cumplir objetivos, enfocarte en lo que importa, enfadarte y preocuparte menos, conocerte mejor…

Por 0,65€ al día puedes empezar mañana mismo.

Regresar al blog