Cómo transformar tu vida con un sencillo hábito

Semana tras semana vivía con aquella ansiedad de creer que el mundo era e iba a ser así para siempre: despiértate temprano, ve a trabajar, haz las tareas “que tocan”, vuelve a casa, siéntete mal por no poder hacer nada para mejorarte a ti mismo más allá de tu trabajo y espera pacientemente a cumplir tu edad de jubilación –o a que te toque la lotería– para poder empezar a vivir.

Sin embargo, esa mañana de domingo fue distinta.

Después de unos 20 minutos de mirada perdida frente al ordenador, anticipando ansiosamente el tener que volver a trabajar al día siguiente, decidí salir a dar un paseo y escuchar alguno de esos podcasts que tanto estaban de moda.

Una voz calmada contaba cómo un simple cambio en su rutina diaria le había dado nuevos ojos con los que mirar el mundo, y compartía su recién encontrada sensación de serenidad.

«¡Eso es lo que necesito! ¡Serenidad!»

Decidí probarlo, así que el lunes por la mañana, antes de nada, me tomé 10 minutos para escribir algo por lo que estaba agradecido, algo que podría hacer yo para que mi día y el de otra persona fuera un poquito mejor y, por último, una afirmación sobre mi persona; lo que me costaba inmensamente dada mi baja autoestima en aquel momento.

Día tras día aprovechaba mi rutina de café mañanero para escribir en mi cuaderno. Este nuevo hábito era relativamente fácil de ejecutar y mantener: si había café, había cuaderno, y si había cuaderno, había reflexión diaria.

Con ese sencillo cambio, conseguí crear inercia durante un par de semanas.

Al finalizar la segunda semana noté algo que no había sentido jamás: el domingo había pasado de ser “el día de ansiedad porque mañana empieza una nueva semana”, a “qué voy a hacer hoy para que MI DÍA sea genial”.

Mis ratos libres ya no eran “minutos de transición” entre obligaciones, eran momentos conscientes en los que hacía algo que de verdad me apetecía hacer.

Tras varios días y revisiones de mis notas, vi que la evolución en mi forma de ver el mundo era evidente.

Era capaz de reconocer que dormir en una cama calentita, tener luz y un trabajo al que ir, era algo por lo que estar agradecido.

Empecé a ser más creativo y veía formas con las que impactar de forma positiva en la vida de los demás, aunque fuera a través de algo tan sencillo como invitarles a un café y ofrecerme a escuchar.

Aquel sencillo hábito de parar antes de empezar el día y escribir un poco para limpiar ese “barro” que tenía en mi mente me hacía ver el mundo de una forma mucho más calmada y limpia.

Han pasado 12 años desde ese domingo y aquel podcast, y puedo decirte con total seguridad que es el hábito más sencillo y de más impacto que he implementado nunca.

Llevo mucho trabajando en empaquetar ese hábito en algo que pudiera compartir con el mundo. Pero no fue hasta un viaje a Japón, que coincidió con la más reciente pandemia mundial, cuando descubrí un término que usaban los nipones para esa sensación de paz mental, serenidad y armonía: "Chōwa".

Y es exactamente lo que tenía que crear.

Tras estos años usando decenas de diarios –algunos creados por buenos amigos míos–, siempre he acabado diseñando mis propios ejercicios de reflexión, modificando revisiones anuales y estableciendo objetivos de forma distinta a lo establecido.

Hemos creado el "Diario Chōwa" con esa mentalidad tortuga que siempre mencionamos, acciones a corto plazo –como la reflexión diaria o el escribir nuestro objetivo principal del día–, evaluaciones a medio plazo –como los 25 ejercicios semanales diseñados para conocernos, enfocarnos y tomar acción–, sin perder de vista el largo plazo y el por qué hacemos lo que hacemos.

Chōwa representa la búsqueda constante de equilibrio en todo lo que haces. Se trata de un estado de paz y serenidad al que sólo podemos llegar cuando hemos alcanzado ese punto de equilibro con la vida que nos permite sentirnos bien prácticamente en cualquier situación. 
Es intentar mantener el equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu, como dicen los budistas. El objetivo es que puedas mejorar tu capacidad y preparación para enfrentarte a los retos de la vida cotidiana.

Por una vida más en paz y llena de intención.